Escribir enamorado
O sobre como construir un relato romántico. Entrega 27 de A Quien Corresponda. Hoy escribe: Fidel
Querida Ana,
La semana pasada fue San Valentín y en el taller de escritura jugamos un juego: mezclamos arquetipos de personajes, relaciones y contextos para armar una consigna de escritura. Es una pena pero el randomizador que usamos para jugar lo creé en inglés, te dejo igual el enlace por si te interesa. La consigna fue sencilla:
Escribí un relato sobre la relación del tipo W entre X e Y en la situación Z.
Sí, una ecuación matemática para la escritura, ¿se nota mi trasfondo científico? Te dejo algunos ejemplos para que suene más humano:
Un romance de cuento de hadas entre un padre ausente y una inteligencia artificial en un club de jazz intergaláctico.
El bromance entre un matemático y un biólogo en un taller literario.
La relación platónica entre la elegida (chosen one) y una vampiro en un circo itinerante.
La lógica es siempre la misma, dos personajes, una locación y un tipo de relación. Considerá que es una fórmula así que sentite libre de cambiar algún elemento. Quizás te gustan los triángulos amorosos y necesitás agregar un personaje. También puede que tu historia trate de cómo alguien lidia con una relación que ya no está o una que nunca se dará.
Al construir la lista me di cuenta que hay muchos arquetipos de personaje que automáticamente me disparan ideas para una historia, quizás te pase lo mismo. Mi mente enseguida autocompleta cuando leo “doble agente, femme fatale, rey legítimo, alivio cómico (comic relief) o inteligencia artificial”. Lo mismo me pasa con tipos de relación y locaciones; “de enemigos a amantes, relación con viajes en el tiempo o centro de reclutamiento” son catalizadores perfectos para mis historias.
Siendote sincero (una expresión que no me gusta ya que indica que el resto del tiempo no lo soy), nunca fui demasiado fanático de las historias de amor. Quizás porque no suelen ser parte de los géneros que leo, pero en todo caso no son el tipo de narrativas que me entretiene. ¿No notás incluso que a veces a algunos libros, series o películas les sobran romances? Siento cierta necesidad de algunas personas que escriben de encontrar una pareja para cada personaje y pocas veces de forma satisfactoria.
Por otro lado, tengo un amigo fanático de las comedias románticas (dato que nunca hubiese asociado a su persona) que lentamente está logrando que me interese más el tema. La obsesión es de mis temáticas favoritas, quizás de esa forma logre convencerme. Hay algo de sus reglas que de a poco va quedando en mí. De hecho, saber que voy a ver o leer una comedia romántica me hace más propenso a aceptar el clima de amor, como si se tratase de una cuestión de promesas narrativas que establece quien escribió la historia. Si me prometen amor, será amor.
En coincidencia con San Valentín, esta semana fue el cumpleaños de la persona más importante en el mundo para mí. Si alguna vez podías llegar a encontrarme en modo romántico sería por ella. Cuando contamos nuestra historia, con sus ya casi once años, hay pocas personas que se priven de decirnos “pero parece un guión o una novela”. Puede que de ahí venga mi falta de interés por las tramas de amor; busco en la literatura las vidas de otros, las imposibles, las que no podría vivir o para las que todavía no me llegó la hora. Si leo historias de naves espaciales y dragones, es porque el romance ya lo tengo en casa.
Todavía algo rojo por lo cursi, me despido,
Hasta tu próxima carta,
Cariños,
Fidel
PD: Quería avisarte que ya está funcionando nuestra página de cafecito. Es una forma válida de mostrar amor, por si sos una persona que le interesen esas cosas.